Compota de manzana y frutas secas

Para digerir las copiosas comidas de estas fiestas, nada mejor  que una compota de manzana antes del turrón. El alto contenido en fibra de la manzana y de las frutas desecadas que  añadiremos, seguro que es algo que agradecerá nuestro estómago.

Es éste un postre sencillo y al alcance de todo el mundo. En casa solemos tener compota de manzana muy a menudo durante el invierno, se conserva bien en la nevera, aunque para su consumo, es preferible no servirla muy fría. Con veinte segundos en el microondas, después de sacarla del frigorífico, conseguiremos la temperatura ambiente necesaria para degustarla


Ingredientes para 4 personas:

1Kg de Manzanas Reineta (unas 4 manzanas grandes).
6 Orejones (albaricoque seco).
50 gr de pasas sin pepitas.
6 ciruelas pasas sin hueso.
6 higos secos.
2 palos de canela.
100 gr de azúcar, puede ser más, menos o nada, dependiendo del gusto del comensal.
Medio vaso de agua (125 ml) para añadir a la cocción de la compota.

Para las frutas secas en remojo:

Medio vaso de ron (125 ml), prescindir del ron si los niños van a comer compota o si simplemente no nos gusta el alcohol
100 ml de agua

Preparación:

1.- Poner las frutas secas (orejones, pasas, ciruelas e higos) en remojo durante toda la noche
2.- Escurrirlas y reservar.
3.- Pelar las manzanas y quitarlas el corazón. Cortar cada una en 12 trozos de tamaño similar.
4.- Poner a hervir en una cazuela, sin tapar, con el agua, el azúcar y los palos de canela, a fuego medio/bajo, durante media hora.
5.- Remover un par de veces para evitar que la manzana se pegue al fondo de la cazuela, e ir machacando los trozos de manzana a medida que estén blandos


6.- Añadir las frutas secas y escurridas a la cocción de la manzana, a los veinte minutos, y dejar hervir los 10 minutos restantes.

Y ya está. Se puede servir con unos palitos de canela adicionales. Un chorrito de nata líquida es también un buen complemento. Se debe añadir a cada ración poco antes de servirse, no mezclar.

FELIZ AÑO NUEVO!

Cordero asado

Se que con esta receta me la juego. No sólo por las fechas navideñas en las que estamos, en las que el cordero asado suele ser un plato muy tradicional, sino porque la ciencia del asado, tiene muchas escuelas y tenemos muy buenos asadores por estas tierras. Todo lo que diga, podrá ser utilizado en mi contra



Los puristas de la zona de Segovia me suelen decir que para asar un cordero sólo necesitas agua y sal, y por supuesto un buen cordero. Lo demás es técnica.

A juzgar por los muy buenos corderos que he probado en distintos restaurantes de la zona, debo pensar que tienen mucha razón.

Es cierto también que los buenos asadores disponen también de hornos especiales para estos menesteres, que también ayuda y, sobre todo, años de experiencia para dar el punto correcto a la carne

Aquí doy mi versión para asar un cordero en casa, añado algo más que agua, aunque no mucho más. El cordero es realmente bueno.  Tengo que confesar que no lo he comprado en el mercado. Me lo ha proporcionado un pastor amigo, de un pueblo de la provincia de Valladolid. Es de raza “churra”, para mi de la mejor calidad. Con esta materia prima, tenemos muchos puntos ganados para el resultado final. Una característica de este cordero es su rabo fino y alargado.

Una buena cazuela es también importante, recoge el calor del horno y contribuye a que el asado se haga de forma más uniforme. Las de barro, además dan la imagen rústica que se merece el plato

Ingredientes para 4 a 6 personas:

Medio cordero de raza churra cortado en dos cuartos, delantero y trasero. El medio cordero en canal pesará entre 3,5 y 4 Kg.
Dos dientes de ajo
Dos ramas de perejil
3 hojas de laurel
3 cucharadas soperas de vinagre de Jerez
4 cucharadas soperas de Sal
Medio vaso de aceite de oliva
Medio litro de agua




Preparación:

1.- Machacar el ajo y el perejil en un mortero.
2.- Echar el contenido en una cazuela con la mitad del agua (un vaso, 250 ml) y el laurel
3.- Dejar hervir durante 15 minutos a fuego lento
4.- Salar el cordero por ambas partes con una capa fina de sal
5.- Rociarlo con una capa fina de aceite de oliva
6.- Llenar el fondo de la cazuela con medio centímetro de agua
7.- Precalentar el horno a 220 grados
8.-Poner en la cazuela el cordero, con la piel hacia fuera
9.- Colocar el cordero en la parte media/baja del horno durante 1hora
Durante ese tiempo, añadir tres veces la mezcla hervida de ajo, perejil y laurel.
10.- Bajar el horno a 175 grados y seguir asando durante otros tres cuartos de hora.
11.- Esparcir el vinagre sobre la piel del cordero, 15 minutos antes de terminar el asado
12.- Presentar el cordero asado entero, después trinchar sobre una tabla y servir en la misma cazuela

Una ensalada verde es el acompañamiento ideal. Es un buen desengrasante para este plato contundente.

FELIZ NAVIDAD!


 
 
 

Sopas de Ajo


Comenzamos el mes de las fiestas con humildad. Con uno de los platos más humildes que conozco. La sopa de ajo, o sopa castellana, tiene su origen más que probable en los campos de castilla. Los labradores llevaban lo justo en su zurrón para alimentarse durante la jornada de trabajo sin volver a casa. Unas láminas de ajo, un poco de aceite, pimentón, pan agua y sal. Nada más simple.

El ajo y el pimentón dan el sabor, a un agua caliente que reconforta cuando hace frío.

No es difícil de imaginar que a esta misma preparación se le pudiera añadir un huevo o unos trozos de jamón, cuando lo hubiera, que en esta tierra nunca sobró la comida.

También, llevada la receta a la cocina desde el campo, surge de forma natural la sustitución del agua por un caldo. El mejor, con hueso de jamón y un poco de pollo. También un caldo de verduras acompaña perfectamente o, si no, una combinación de ambos


“España huele a ajo”, como dijo o le atribuyeron a una ilustre visitante. Ya se fue, una pena, daba mucho juego...Es éste un ingrediente esencial de nuestra cocina y de la cocina Mediterránea en general. En este plato se convierte en protagonista, junto con su compañero el pimentón: pimiento rojo seco y molido. En sus variedades dulce o picante se puede usar en esta receta, según los gustos del comensal.

Ambos ingredientes se utilizan en la elaboración del chorizo. El “Spanish chorizo” que también traspasa fronteras, no sólo la paella.


En honor a los orígenes humildes de este plato, la receta que voy a explicar, tiene sólo los ingredientes esenciales, con la única licencia de añadir un huevo. Daré las pistas necesarias para incluir las variantes que he comentado al principio

Ingredientes para 4 personas:
1.- Un cuarto de barra de pan (unos 50 gr), mejor si está seco.
2.- Dos dientes de ajo en láminas no muy finas.
3.- Dos cucharadas soperas de aceite
4.- Una cucharada de postre de pimentón
5.- Cuatro huevos
6.- Un litro de agua, caldo de verduras, caldo de pollo, caldo de hueso de jamón, o una combinación de varios
7.- Media barra de pan en láminas de entre 0,5 cm y 1 cm. Y medio vaso de aceite.


1.- Cortar láminas muy finas de pan (1mm) con un cuchillo de sierra. Repartimos una porción de este pan en cuatro boles, y añadimos un huevo crudo encima



2.- Ponemos en una sartén el aceite con las láminas de ajo y dejamos que se doren a fuego no muy fuerte. Evitar que el ajo se queme, puesto que esto daría un sabor amargo al plato



3.- Bajando e fuego, añadir el pimentón y dejar que se cocine uso 20 segundos. El pimentón es un polvo seco, que puede quemarse muy fácilmente, por lo tanto, tener el agua/caldo a mano, para añadirlo después de esos 20 segundos de cocinar el pimentón.

 



4.- Añadir el caldo a la sartén y dejar hervir durante 5 minutos

5. Añadir el caldo hirviendo a los boles mientras se remueve el pan y el huevo, hasta completar el contenido




6.- Freir los trozos de pan más gruesos del punto 7.- de ingredientes en el aceite. El pan se fríe en unos diez segundos por cada cara. Hay que estar atentos para que no se queme
7.- Servir las sopas de ajo acompañadas con el pan frito

No dejen de probarlo en casa y en invierno. Nunca deja de sorprenderme, cómo un plato tan sencillo puede sentar tan bien…

 

Las últimas setas del Otoño


Será este tiempo loco que tenemos, con temperaturas que suben y bajan. Será la lluvia que nos ha visitado con generosidad este Otoño. El caso es que todavía se encuentran setas en el campo.

Mi intención no es escribir un tratado de setas. Pretendo que éste sea un blog de cocina. Pero no me resisto a dar algún detalle de estas misteriosas plantas que utilizaremos para preparar unos deliciosos canapés

Las primeras son senderuelas o sederillas (Marasmus Oreades), en la foto grande del principio. Una seta de sabor delicado y ligero aroma a almendras amargas. Crece en las praderas y orillas de los caminos y senderos, de ahí su nombre.
Se distingue por su color, del amarillo/ocre al marrón. Tiene un ligero bulto en el centro del sombrero, llamado mamelón. El borde del sombrero tiene una pequeña estría. Necesita de lluvia abundante para crecer. No la busquen si no ha llovido bastante



La seta de cardo (Pleurotus Eingii) es la segunda elección. Muy popular en los pueblos de castilla. De consistencia carnosa,del género "pleurotus" que en latín significa pulmón.

En su aroma se encuentran toda la plantas del campo castellano concentrado.

Si no se concocen, NO recomiendo la recolección en el campo. Estas setas se pueden comprar en algunas tiendas (pocas) especializadas


Pueden ser un excelente acompañamiento de carnes, sin embargo hoy creo que la mejor forma de degustarlas, para apreciar su fino sabor, es en canapés. Vamos a ello


Ingredientes

400 gr. de setas silvestres (senderuela y seta de cardo)
Dos dientes de ajo
Un cuarto de cebolla (90 gr.)
16 rebanadas finas de pan de chapata
2 cucharadas soperas de aceite  de oliva



En una sarten se pone a calentar el aceite, se añade el ajo picado fino y, cuando esté ligeramente dorado, se añade la cebolla picada también muy fina

Se deja pochar a fuego lento (unos 7 minutos)




Se limpian las setas que tengan algo de tierra o restos de hierba, usando un pincel de cocina. A la senderuela hay que quitarle el tronco, ya que resulta bastante leñoso. Las senderuelas, por su tamaño pequeño, suelo cocinarlas enteras, las setas de cardo más grandes, se trocean.



Se añaden al sofrito anterior, y se cocinan a fuego medio. Cuando la seta está húmeda, que es lo más habitual, la forma de controlar el tiempo es dejando que el agua que sueltan de evapore completamente. Si están más secas, es conveniente añadir u par de cucharadas soperas de agua. En ambos casos, las setas estará cocinadas en unos 10 a 12 minutos.






Ponemos las rebanadas de pan en la parte alta del  horno a gratinar por espacio de 5 minutos a 190º. Cuidado, porque se quema con facilidad. Se da la vuelta y se gratina otros dos minutos. El horno te permite hacer muchas tostadas de una sola vez y servirlas calientes.






Antes de colocar las setas en los canapés, podemos untar ligeramente el pan con un aceite aromatizado. El de la foto lleva ajo y romero. Se puede preparar en casa, con aceite de oliva virgen extra. En un par de semanas el aceite habrá tomado el aroma.

Colocar las setas en cada canapé, sin mezclarlas para distinguir los distintos sabores, y ya está…






a disfrutar.....