Vas a tu mercado favorito y en la pescadería tienen muy a menudo ese medio bonito en un lugar preferente. Como tiene muy buena pinta, parece muy fresco, pides que te de una rodaja. Al pescadero se le va la mano y a tí el ojo y, sin darte cuenta, te haces con un kilo y medio de bonito del norte, que cuando lo compraste no parecía tanto. “Cómo la preparo?” “Quita sólo la piel, por favor”
Así me encuentro en casa con mi rodaja de bonito sin piel, que parece que tiene vida propia y me mira con grandes ojos negros. Decido que a ningún cocinero que se precie debe asustarle ninguna materia prima, si es de calidad
Esto me pasó una vez y se me ocurrió que, en vez de hacer un solo plato, podía hacer tres. Paciencia, empezamos por el principio.
El primer plato lo he llamado “Sashimi Fusión” por el hecho de incluir bonito del norte y aceite de oliva en la receta. Sashimi, para los no iniciados, es el nombre que los japoneses dan a los platos hechos con pescado crudo.
El pescado crudo es el elemento fundamental y más significativo de la comida japonesa. Sólo pescado de la mejor calidad, fresco y seleccionando el corte más adecuado.
El “túnido” estrella es, sin duda el “toro”, atún rojo. Es más caro y menos frecuente en las pescaderías. El bonito es un sustituto, aparte de más nuestro, más fácil de encontrar. Si os gusta el sashimi, no dejéis de probar esta receta.
Ingredientes:
Una rodaja de bonito de 1,5 Kg., para el sashimi utilizaremos medio Kg, de la mejor calidad
125 ml de aceite de oliva virgen extra
Dos cucharadas soperas de salsa de soja
Una cucharada sopera de escamas de sal marina
…dos recetas más con bonito muy pronto!.
De nuestra rodaja de bonito seleccionaremos la parte central de cada cuarto, tomaremos trozos rectangulares, cortando lonchas de 1,5 cm en la dirección de la espina, y después cortando los pequeños cubitos de la parte más blanca. El resto lo reservamos para nuestro siguiente plato. Es recomendable congelar y volver a descongelar las partes que se tomen crudas, para evitar la contaminación por anisakis.
Mezclamos el aceite con la soja, y distribuimos la mezcla sobre los trozos de atún.
Poner un pellizco de de escamas de sal de mar sobre cada trozo.
Y ya está, así de sencillo. Esa sencillez es la clave de la armonía de esta cultura maravillosa.
Podemos acompañar el plato con una copa de “sake” (vino de arroz), templado, o si queremos fusionar más, con una copa de Jerez. Más fusión: yo lo como con pan.
El atun es tan tierno que al cocinarlo siempre se me desparrama.
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